La estampación en frío es un proceso de fabricación que transfiere una capa metálica o pigmentada a una superficie sin necesidad de aplicar calor, a diferencia de otros procesos como la estampación en caliente. El proceso es básicamente el manejo de la presión aplicada a un material para conseguir que el diseño se adhiera sin que sea necesario un calentamiento intenso.
¿Cómo funciona la estampación en frío exactamente?
- En la estampación en frío, se utiliza una lámina de metal (generalmente de aluminio) o un pigmento que se desea transferir al material final. Esta lámina metálica suele ser muy fina y está recubierta por un adhesivo especial.
- Se usa una prensa o máquina de estampado que aplica la presión suficiente sobre el material que se desea marcar. No se requiere calor, solo la presión es suficiente para que la lámina metálica se adhiera a la superficie del producto.
- La presión de la prensa hace que la capa metálica o pigmentada se transfiera al material, creando el diseño o la imagen deseada. La impresión generalmente tiene un acabado brillante y atractivo, muy similar al de los metales, y se utiliza comúnmente para decoración o etiquetado.
- Cuáles son las ventajas de la estampación en frío:
- No requiere calor, lo que la hace ideal para materiales sensibles al calor, como ciertos plásticos o papel que podrían deformarse con altas temperaturas.
- El proceso es relativamente rápido y económico, especialmente para tiradas pequeñas o medianas.
- Permite obtener acabados metálicos de alta calidad sin los costos de los métodos más complejos.


Resumiendo, el proceso de estampación en frío se basa en la aplicación de presión sin calor para transferir un diseño o una capa metálica a un material, y se utiliza principalmente para piezas, etiquetas, o productos que requieren un acabado brillante sin dañar la base.